El huerto es un espacio lleno de posibilidades para enseñar a los niños sobre la naturaleza, la alimentación y la sostenibilidad. Integrar a los más pequeños en el proceso de cultivo no solo les proporciona un contacto directo con el medio ambiente, sino que también fomenta habilidades valiosas como la paciencia, el trabajo en equipo y el respeto por los recursos naturales. A continuación, te ofrecemos algunas ideas de actividades para integrar a los niños en el huerto de manera divertida y educativa mientras cultivamos juntos.
1. Crear un espacio adecuado para ellos
Lo primero es diseñar un huerto accesible y seguro para los niños. Si el espacio es pequeño, puedes asignar un área especial donde ellos puedan tener su propio rincón para cultivar. Las mesas de cultivo o macetas a una altura que puedan manejar fácilmente les dará un sentido de independencia y les permitirán cuidar sus propias plantas. Si tienes un huerto más grande, considera asignarles pequeños espacios de terreno donde puedan sembrar y aprender sobre las diferentes etapas de crecimiento.
2. Elegir plantas fáciles de cuidar
Elige cultivos que sean fáciles de sembrar, mantener y cosechar para que los niños puedan ver los resultados de su trabajo en poco tiempo. Algunas opciones perfectas son:
- Flores como girasoles: Son fáciles de sembrar, crecen rápidamente y tienen flores grandes que fascinan a los niños.
- Rábanos: Tienen un crecimiento rápido, lo que permite a los niños experimentar el proceso de siembra y cosecha en un corto periodo.
- Tomates cherry: A los niños les encanta cosechar estos pequeños frutos y ver cómo cambian de color a medida que maduran.
- Plantas aromáticas como Albahaca o menta: Son hierbas fáciles de cultivar y usar. Pueden servir para enseñar sobre el uso de plantas en la cocina.
3. Hacer del huerto una experiencia divertida
Involucra a los niños en todas las actividades del huerto, pero hazlo de forma que sea divertida. Puedes convertir la siembra en un juego, como un «desafío de siembra», donde los niños compiten para ver quién siembra más rápido a quién puede identificar más tipos de semillas. Las actividades pueden incluir:
- Decoración de macetas: Deja que los niños pinten las macetas y las decoren a su gusto. Esto no solo les permitirá ser creativos, sino que también sentirán un vínculo más personal con las plantas que cuidan.
- Jardinería sensorial: Permite que los niños exploren las texturas de las hojas, el aroma de las hierbas o la sensación de la tierra entre los dedos. Este enfoque sensorial les ayudarán a conectar más profundamente con la naturaleza.
Hay sinnúmero de actividades en las que podemos integrar a los niños en el huerto mientras lo cultivamos juntos. Solo debemos usar nuestra imaginación a atemperar las actividades de acuerdo a la edad y la capacidad de nuestros niños.
4. Enseñarles el ciclo de vida de las plantas
Los huertos son una excelente herramienta educativa. Explícales a los niños cómo las plantas nacen de las semillas, crecen, florecen, producen frutos y, eventualmente, mueren para dar paso a nuevas generaciones. Puedes hacer que los niños mantengan un diario del huerto, donde registren las observaciones sobre el crecimiento de las plantas, los cambios en las estaciones y el proceso de cosecha. De esta manera, desarrollarán una comprensión más profunda de la naturaleza y el ciclo de vida de los seres vivos.
5. Fomentar la responsabilidad y el trabajo en equipo
Un huerto es también un excelente espacio para enseñar a los niños sobre la responsabilidad. Asignarles tareas diarias o semanales, como regar las plantas, quitar las malas hierbas o recoger los frutos, les enseña a cuidar lo que han sembrado. Además, trabajar en grupo les ayudará a desarrollar habilidades de colaboración, dónde podrán aprender a compartir tareas y ayudar a otros.
6. Conectar con la alimentación y la cocina
Una vez que los niños cosechen sus cultivos, enséñales cómo pueden usarlos en la cocina. Puedes hacer actividades como preparar una ensalada con los ingredientes del huerto o una receta sencilla que implique el uso de las plantas que han sembrado. Este enfoque les permitirá entender la importancia de cultivar su propia comida y valorar el esfuerzo que conlleva el proceso de producción de alimentos.
Puedes encontrar recetas para disfrutar en familia tanto en la preparación como de la degustación en Del Huerto a la Mesa.
7. Incorporar actividades educativas sobre sostenibilidad
Los huertos también son el lugar perfecto para enseñar a los niños sobre la sostenibilidad y la importancia de cuidar el medio ambiente. Puedes explicarles cómo el compostaje y el reciclaje son parte integral del huerto, o incluso crear un pequeño sistema de compostaje en el que participen activamente. Además, se pueden introducir prácticas como el ahorro de agua y la creación de hábitats para polinizadores como las abejas o las mariposas.
8. Celebra las cosechas
Cuando llegue el momento de la cosecha, celebra con los niños el esfuerzo que pusieron en su huerto. Puedes organizar una pequeña fiesta de cosecha donde los niños presenten sus frutos y plantas. Esta en una excelente manera de reforzar la idea de que cultivar un huerto es una experiencia gratificante y emocionante.
Recuerda
Recuerda que cuando cultivamos juntos, realizando actividades para integrar a los niños en el huerto, es una forma maravillosa de enseñarles sobre la naturaleza, la paciencia y la responsabilidad, mientras se divierten y aprenden. Además de los beneficios educativos, el huerto también se convierte en un espacio para crear recuerdos valiosos y fortalecer el vínculo familiar. Sin duda, el contacto con la tierra será un experiencia que marcará positivamente el desarrollo de nuestros niños.
Visita la sección ¿Cómo comenzar un huerto? para artículos, detalles y consejos prácticos en la preparación del huerto.
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